LATTE: CONOCE SU HISTORIA
Tras la adopción de Moka en el año 2018, Tamara siempre tuvo la idea de
adoptar a una compañera, con la intención de que ambos vivieran muy
felices.
Fue así como en el año 2020 conoció la historia de Cila, una conejita con alto
sobrepeso, que vivía en un espacio muy reducido. Luego de ser rescatada
recibió tratamiento médico veterinario y estuvo en un hogar temporal que
además de entregarle mucho cariño le permitió hacer harto ejercicio, pero
aún así tenía la papada tan grande que apenas alcanzaba a limpiar sus
patitas. Cila era súper amorosa y regalona, y le encantaba que le hicieran
cariño mostrando nada de timidez.
Tamara supo de inmediato que se complementaría muy bien con su conejito,
por lo que decidió adoptarla. Su color de pelaje le hizo escoger un nuevo
nombre para ella: ahora se llamaría Latte.
Para que la socialización de Latte con Moka se diera de buena forma, Tamara
armó todo un plan de contingencia. Finalmente sólo estuvieron separados
por una noche, y a los pocos días ya estaban juntos, jugando y haciendo
travesuras.
La energía de Latte le permitió seguir bajando de peso, aunque al principio
fue difícil que se adaptara a la dieta adecuada para conejos, pero aprendió
con Moka. Con el tiempo logró disminuir su papada y se volvió cada vez más
ágil, corría y saltaba a cualquier lugar.
Ella es muy sociable, territorial, y le encanta que le hagan cariño.
Su mamineja nos cuenta: "Estuvimos los tres acompañándonos durante toda
la cuarentena, son los dos muy regalones. Las dos adopciones fueron súper
importantes, Moka y Latte son una maravillosa compañía. Si bien requieren
muchos cuidados y hacen harto desorden, hay que tener harta paciencia y
desapego por los cargadores porque es tan único darles y recibir su cariño,
conocer sus personalidades tan distintas y lo adorables que son".